Un día salimos a caminar la ciudad eramos turistas en nuestras calles, aprendimos a mirar el detalle que esconde lo propio. Ella se fue, ya no nos vimos. Me quedó su sentido de creer en lo extraño de uno mismo
Quiero descubrir qué nos hace creer quien se apiada de mis sentimientos para regalar la intensidad eléctrica producida en el hemisferio derecho. Algo me atormenta, No es casualidad que sea el este revolucionario.
Mirando al piso los pies se mueven perpendicularmente a las lineas de las baldozas levanto la mirada los pibes encierran calor en el cuerpo desconectan la razón penetran en el mundo de luces Ya nadie piensa tras el fallo en las conexiones eléctricas que estallan en la cabeza