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síntomas

un día miraba muertos;
al otro, tenía problemas con sustancias;
al tercero, le costaba sonreír,
pero si no miraba mucho
sorprendía con un abrazo
fuerte y protector.
Se me escapan las oportunidades
y entiendo que uno le pone más requisitos
al formulario de los días turbios
y olvida que lo que queda son los momentos
que el mal humor pasa
que jamás vamos a entendernos
que los ítems a marcar no van a ser los esperados
y que por lo general, uno trata de dejar al margen
que si se siente algo
debe ser más parecido a un síntoma
a descifrar por la salita de auxilios del barrio.

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