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...resistencia.*

Creo en los cafés, en el dialogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertadSiento nostalgia, casi ansiedad en el infinito, pero humano, a nuestra medida.


[Ernesto Sábato, La Resistencia, Capitulo I]

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desayuno en la vereda

Mario chupa la bombilla del mate amargo, q ue fue dulce cuando arrancó. El Negro les cuenta que su hijo despertó con fiebre, n o pudo dormir en toda la noche. Ayer arregló 3 bicicletas,  le quedaron 5 para la mañana de hoy. Nota que será un día difícil. Beto solo escucha, piensa si hoy ganará San Lorenzo. El negro toma un mate y va en busca de la manguera del compresor.  Terminó de abrir el local. Empezó a llover otra vez.  Moncho ya sacó la oferta de la verdulería. T ambién tiene zapatillas baratas para vender. Están arriba de los cajones de naranja.Las New Balance rojas, son una maravilla, salen ochocientos al contado. Me dan ganas de usarlas con la calza negra. Llegó Marcos y dice que el mate da asco, q ue nunca más le den a Beto tan importante misión. Les afirma que el amargo es sagrado, el azúcar te hincha. Son las y cuarto. Los chicos ya están en la escuela. Los amigos, en la esquina Desayunan juntos a las ocho de la mañana entre España y ...

parecer

Por eso me quedé acá, en short y en patas. Ni el diez por ciento de mi ropa está a la moda. Lo sé. A veces me preocupa, quisiera ser igual, venderme como copada; sonreír. o poner cara de orto para satisfacer a quien camina al lado. Ya es tarde. Quedé en la idea que es mejor caminar cómoda, El silencio es buen amigo o es cómplice. Eso de no meterme en problemas, no meterme en quilombos que no valgan. Porque cuando hay que poner el cuerpo, a nadie le importa el careteo. Hay que dejar la piel, y sin quejas de dolor. Al menos, eso entiendo por militancia. Mi bandera tiene la cara de los pequeños felices momentos: El mar, el tío, el rio, nadar, papá, mamá, la guitarra, un amigo, el patio, mis hermanas, el mate, otro amigo, la bici, mi ciudad, el pan casero, la abuela la ruta, más amigos. Correr, sentir, amar. Sigo descalza, las zapatillas me esperan en el rincón, será mejor creer que el sol hoy, una vez más, me va a quemar los malos pensa...

Correr sin parar.

Nunca antes había sentido este miedo corriendo por el cuerpo, ahogando mi cerebro. Calculé la medida justa de entrega, no amé de más, ni de menos. Dos tazas de cariño estaban bien, no vaya a ser que la sobredosificación traiga demasiados efectos secundarios. El centro siempre fue mi propio ombligo y el mate amargo que acompañó la soledad. "Podes quedarte, si queres, no te obligo a nada", fueron pensamiento recurrentes, la presencia de los demás, la verdad, me daba igual.  Acaso fue el sol, el frío de un mar inventado, una mirada distinta, el momento justo, o el menos indicado, ¿por qué no?  Acá estoy, con más miedo que cuando sentía que la vida se me iba de las manos. Porque, tal vez, eso pasa y sabes, sos consciente, que no podes hacer más nada.  Esto se parece más bien al terror de hacer algo por primera vez, a ese primer examen en la facultad, a la primera sirena de largada que perciben tus sentidos, al primer día de trabajo. Ese miedo tiene que ver con la n...