Intenté entender que los sentidos son percepciones del cerebro, que mi tolerancia al dolor no es solo por la falta de medicamentos y que lo que llega tiene que ser siempre mejor a lo que se va.
La sangre de anoche en la boca no fue una sensación, las manos temblando tampoco y el escalofrío por terror nada tenia que ver con una ilusión.
Creo que ya pasé algo así y mi mente lo bloqueó. No se si es el hoy, o ese puto ejercicio que me propuse hace un tiempo para poder recordar.
La memoria sirve, pero obsesiona. La memoria colectiva duele menos, eso es claro.
A vos te duelen muchas más cosas, lo sé. Lo sé porque callás, porque preferís no hablar, porque en la sombra crónica no vas a conocer el calor.
Te duele, y lo veo en tu voz, que es lo único que me queda.
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